Vender la guerra

16 ene 2009

En todo conflicto armado, al igual que un frente bélico, se abre otro propagandístico. Ante las tropelías que lleva siempre consigo una guerra, los que la promueven intentan por todos los medios que no se difundan al mundo, o por lo menos, atenuarlas todo lo posible. Hace años bastaba con mantener a raya a los periodistas desplazados a la zona, simplemente controlando su acceso a los sistemas de comunicaciones o expulsándolos directamente. Al mismo tiempo, de algún modo, siempre se intenta convencer a la opinión pública de las razones y necesidad del uso de las armas - aún recuerdo a aquella ministra que se felicitaba de que las bombas trajeran la subida de la bolsa y la bajada del precio del petróleo -. Allí todas las pérdidas humanas caben en un razonamiento implacable: Habremos construido un mundo mejor cuando hayamos acabado de destruir parte del mismo. Se nos trata de vender la idea de la guerra tecnológica, como una operación aséptica donde los misiles y las balas siempre saben donde tienen que impactar; todo filmado desde un avión, como si fuera un videojuego. Me indigna sobremanera contemplar como en algunos medios todo se reduce a un análisis de la geopolítica y al baile de salón de una diplomacia siempre más lenta que cualquier bala.

Pero ni en el caso más "optimista" una guerra podría dejar de ser una tragedia humanitaria. Destruir un país, colapsar sus infraestructuras, economía, sanidad... Todo ello lo sufre directamente la población civil, sobre todo los más débiles y desprotegidos. Por otro lado, hoy en día, cualquiera que tenga la desdicha de vivir una situación de guerra puede actuar de testigo ante el mundo; con un teléfono móvil con cámara y conexión a Internet, en cuestión de minutos todos podemos contemplar los estragos de la sinrazón; la sangre, los gritos, los muertos, la desesperación. Nuestros ojos y nuestros oídos no tienen ya escusa; no podremos escudarnos en el yo no lo sabía.

4 Comments:

Isold said...

Estoy contigo siempre.
Que razón tienes y que bien lo transmites.
Saludos.

Ginebra said...

Una reflexión sabia e incisiva, una realidad lo que nos cuentas, Juan Luís. No podemos, ni debemos escudarnos en yo no lo sabía. Lo sabemos, pero ¿miramos hacia otra parte??? Un beso enorme

Oteaba Auer said...

Un aspecto de la globalización es que queramos o no, estamos enterados de lo que ocurre aunque sea sesgadamente; pero ahí entra nuestra solidaridad en querer profundizar o por el contrario hacer oidos sordos.
Un abrazo

María said...

¿Por qué no se pueden solucionar los conflictos de otra manera? en los países pobres siempre encuentran la solución con la guerra, en los países desarrollados, los conflictos los solucionamos a través de Tribunales.

NO A LA GUERRA, SÍ DERECHO A TENER PAZ.

Un beso, amigo Juan Luis.